La intensidad moral es el efecto negativo que se da en la toma de decisiones ética que varía dependiendo de la importancia que tiene para nosotros el tema en cuestión. El tema de intensidad moral fue propuesto por primera vez por Thomas Jones en 1991, quien además menciona que la intensidad varía de acuerdo a 6 factores importantes: La magnitud de las consecuencias, el consenso social, la probabilidad de efecto, la inmediatez temporal, la proximidad y la concentración de efecto[1].
En el caso presentado, es decir, el caso Antel, se presenta uno de los factores de la intensidad moral, el factor de la magnitud de las consecuencias. Primero se pasará a explicar en qué consiste este factor, para luego pasar con el ejemplo en el caso correspondiente. El factor de la magnitud de las consecuencias consiste en los resultados que se darán a terceros debido a nuestras acciones o decisiones, estos resultados pueden ser positivos o negativos. Además, se tomará más importancia al tema en cuestión cuando se verifique la magnitud de los daños que se puedan causar[2].
La presencia del factor se da cuando Elbio Javier Román Suárez (ex policía) realiza la llamada a Edgardo Carvalho, presidente de la organización, para solicitarle un puesto de trabajo a nombre del prosecretario de la presidencia, Jorge Vásquez. El ex policía no midió las consecuencias que le podrían traer realizar la usurpación de nombre de una persona con alto cargo para el estado, a pesar que sabía que las consecuencias podrían ser dañinas para él y todos los que intervinieron es este delito de usurpación de funciones. Por otro lado, el factor se ve presente, también en el presidente de la organización, ya que sabía estaba tomando una decisión no ética al contratar a alguien por el solo hecho de ser un recomendado de una autoridad del estado.
En primer lugar, el ex policía no pensó que el cometer el delito se descubriría y menos quienes se verían afectados, ya que inclusive después de mucho tiempo de trabajo, comete una vez más el delito pidiendo una laptop prestada a nombre del prosecretario e inclusive falsificando una vez más documentos a nombre de esta autoridad, por lo que pensó que ya todo estaba seguro y no sospecharían de su delito. Sin embargo, no cálculo que el préstamo de esta laptop sería verificado por las oficinas del prosecretario, donde recién se dan cuenta de lo estaba ocurriendo. Además, al involucrar a su esposa en este delito no tomo en cuenta que también estaba perjudicándola y esta a su vez pagaría el mismo peso de culpa que su esposo por el delito cometido. Ambos no pensaron que podrían caer en manos de las autoridades y pagar su infracción con una sentencia en la cárcel, por lo que no midieron las magnitudes de las consecuencias que le vendrían por los actos cometidos, sobre todo, el ex policía que no pensó que podría perjudicar de este modo a su esposa.
En segundo lugar, Román no pensó que también estaba perjudicando al presidente de la organización y probablemente al prosecretario del estado. En el caso del prosecretario no se probó que haya cometido algún acto no ético, ya que no fue él quien realizo la llamada y el mismo confirmo no estar acostumbrado a recomendar a nadie. Sin embargo, en el caso del presidente de la organización si se dio una consecuencia muy perjudicial, ya que este delito cometido por el ex policía le costó la renuncia obligada de su puesto y una reputación manchada. Estas consecuencias probablemente no fueron percibidas por el ex policía y mucho menos por el presidente de la organización, ya que ambos no pensaron que esto algún día se descubriría.
Finalmente, las consecuencias de este delito perjudico a más personas de las que se pensó, no solo porque hayan cometido un delito sino porque las decisiones que se tomaron no fueron éticas y las decisiones tomadas bajo esta modalidad nunca traen buenos resultados a largos plazos.
[1] Ortiz, José, “Manual del curso Ética para los Negocios” Ciclo 2010-02
[2] Ortiz, José, “Manual del curso Ética para los Negocios” Ciclo 2010-02
(Melisa Caballero)
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